lunes, 4 de mayo de 2015

Periodo Critico & H.Umbral




Critical Period Hypothesis

The critical period hypothesis (CPH) as proposed by Lenneberg (1967) holds that primary language acquisition must occur during a critical period which ends at about the age of puberty with the establishment of cerebral lateralization of function. A strong implication of this hypothesis is that the processes involved in any language acquisition which takes place after the age of puberty will be qualitatively different from those involved in first language acquisition.   
Hipótesis del Periodo Crítico 

Según la hipótesis del período crítico, postulada por E. Lenneberg (1967), la capacidad para adquirir el lenguaje merma al alcanzar la pubertad, dado que el cerebro pierde plasticidad, circunstancia que implica una disminución sensible de la capacidad para aprender una lengua. Posteriormente se han planteado hipótesis menos categóricas, que apuntan hacia la existencia de un período ventajoso o privilegiado o de múltiples períodos críticos para la adquisición del lenguaje. El común denominador de todas estas teorías es que el aprendizaje de una segunda lengua después de cierta edad difiere sensiblemente del aprendizaje de la primera lengua, dado que una vez que el cerebro ha superado una cierta etapa evolutiva, al aprendiz le resulta difícil acceder al dispositivo de adquisición del lenguaje y a la Gramática universal.

E. Lenneberg se basa en argumentos fisiológicos, tales como modificaciones en la composición química de la corteza cerebral, en la substancia blanca, en la neurodensidad o en la frecuencia de las ondas cerebrales. Un concepto clave en su teoría es el de la lateralización cerebral, relacionado con los hemisferios del cerebro. Como es sabido, cada hemisferio y, más en concreto, cada zona del cerebro tiende a especializarse en unas determinadas funciones o en un determinado tipo de procesamiento. Así, el procesamiento del lenguaje se produce en el hemisferio izquierdo, si bien es cierto que el derecho también interviene, por ejemplo, para el procesamiento de la entonación. En síntesis, el argumento del autor es que las zonas cerebrales idóneas para el aprendizaje de una lengua pierden considerablemente su potencial de aprendizaje al llegar a la pubertad -etapa de la vida que en la teoría de Piaget se conoce como el estadio de operaciones formales, 11-15 años de edad-; dado que a partir de entonces esas zonas ya son poco aptas para el aprendizaje de una L2, se debe recurrir a otras zonas del cerebro y readaptarlas para el nuevo tipo de aprendizaje y procesamiento lingüístico; en tales circunstancias, el aprendizaje de la L2 se lleva a cabo en desventaja con respecto del aprendizaje de la L1, por lo que resulta sumamente difícil lograr un resultado equiparable.

Mediante un sistema de conversión de resonancias magnéticas en imágenes (magnetic resonance imaging), K. Kim et al. (1997) demuestran, al menos en parte, la veracidad del postulado de E. Lenneberg: en los sujetos que aprenden en la infancia dos lenguas, ambas comparten prácticamente el mismo espacio en el área de Broca (lóbulo frontal), mientras que en los sujetos que aprenden después de la infancia una L2, esta ocupa un espacio diferenciado del de la L1, con una zona mínima de solapamiento. En el área de Wernicke, situada en el lóbulo temporal, por el contrario, en ambos tipos de sujetos se observa una única zona compartida por las dos lenguas. Ahora bien, el hecho de que los adultos que inician el aprendizaje de una L2 difícilmente alcancen un nivel de nativo, por ejemplo, en aspectos gramaticales complejos (E. L. Newport, 1990), tales como la conjugación verbal española, y que sólo en casos excepcionales lleguen a adquirir una pronunciación equiparable a la de un hablante nativo (T. Bongaerts et al., 1997) no debe atribuirse exclusivamente a factores fisiológicos (lateralización cerebral, merma de la capacidad sensorio-motriz, etc.). Deben tenerse en consideración otros múltiples factores de muy diversa índole, directamente relacionados con la edad, tales como la motivación por el aprendizaje de la L2, la voluntad de integración en la comunidad de habla extranjera, el tiempo disponible para la práctica o el estudio de la L2, el tipo de interlocutores nativos dispuestos a cooperar en el aprendizaje, la interferencia de la L1, etc. 
Generalmente, los niños muestran menos prejuicios a la hora de asimilar un nuevo sistema gramatical, fónico, semántico, etc., menos temor a cometer faltas y quedar en ridículo y menos actitudes negativas frente a la comunidad de habla extranjera; además, pueden dedicar más tiempo al estudio y a la práctica de la L2. La misma creencia popular de que un adulto no puede aprender perfectamente una lengua extranjera puede condicionarlo de tal modo que, efectivamente, le resulte imposible hacerlo. 

Tal como apuntan varios autores (D. Birdsong, 1999), en lugar de abordar la cuestión como un único período crítico o sensible, quizá resulte más pertinente considerar por separado los diferentes sistemas y subsistemas de la lengua en relación con diferentes períodos de maduración cerebral (fisiológica y psicológica). Las cuestiones relacionadas con la hipótesis del período crítico tienen unas implicaciones directas para la didáctica de la lengua y pueden tomarse en consideración a la hora de decidir a qué edad se empieza a aprender una segunda lengua qué enfoque didáctico se adopta atendiendo a la edad de los aprendices.

Fuente:
Cortés Moreno, M. (2002). «El factor edad en el aprendizaje de una lengua extranjera: una revisión teórica». En Glosas Didácticas, 8, pp. 1-14.

La hipótesis de periodo critico planteada por E.Lenneberg,  nos enfoca a identificar un periodo de tiempo en el cual el desarrollo físico y psicológico de los individuos crea un factor determinante en la adquisición de una segunda lengua. Según su teoría, el ser humano tiene una mayor capacidad para  el aprendizaje de una o más lenguas diferentes a su lengua materna desde su nacimiento hasta la adolescencia, basándose en factores, químicos, neurológicos y psicológicos que se desarrollan hasta esta etapa de la vida. E. Lenneberg argumenta que los hemisferios cerebrales, más específicamente las zonas del cerebro encargadas del procesamiento y la producción del lenguaje como son el Área de Broca, encargada del habla expresiva, allí se traduce el conocimiento en frases y oraciones comprensibles y el Área de Wernicke, la cual se encarga de la recepción del habla, allí se interpreta y se memoriza la información lingüística de conceptos leídos o escuchados, cabe recordar que ambas zonas se ubican en el hemisferio izquierdo del cerebro, pierden su capacidad de aprendizaje, por lo que resulta más difícil para el individuo desarrollar capacidades lingüísticas en un idioma diferente a su lengua materna.Esto no quiere decir que los adultos no tengan la capacidad de aprender una o más lenguas, sino que el periodo de tiempo que termina en la pubertad, es un factor clave que facilita el aprendizaje de las mismas. 



Entender que existen periodos de tiempo en los cuales se facilita el aprendizaje de una o más lenguas extranjeras, nos induce a pensar en el tipo de pedagogías que serán empleadas para su enseñanza, ya que como nos plantea el autor de la hipótesis del periodo critico, a mayor edad más difícil será el aprendizaje, mientras que por el contrario entre más temprano se aprenda una lengua mayores beneficios cognitivos traerá al sujeto.

  

     Hipótesis del Umbral


La Hipótesis del Umbral (Cummins,1976; Taukomaa y Skutnabb-Kangas, 1977) se propuso con el fin de explicar estos resultados, tan contradictorios en principio, en cuanto a las relaciones entre bilingüismo y cognición. La hipótesis en sí plantea que para transferir habilidades adquiridas en una lengua a la otra lengua, es preciso un umbral mínimo de competencia en una de las dos. Si se alcanza este nivel mínimo de competencia, el bilingüismo no tendrá ningún efecto cognitivo negativo, pero para que tenga efectos positivos es preciso que la competencia bilingüe -en ambas lenguas- alcance un segundo umbral. Los efectos cognitivos negativos se darán en aquellos individuos que no hayan alcanzado el nivel mínimo de competencia lingüística en ninguna de las lenguas -semilingüismo.


En otras palabras lo que nos plantea la hipótesis del umbral, es que para adquirir un desarrollo lingüístico optimo en una segunda lengua, primero se debe cumplir con una serie de parámetros y haber adquirido unas habilidades lingüísticas establecidas en la lengua materna, de esta manera se cree entonces que las habilidades del lenguaje adquiridas o aprendidas en una segunda lengua tienden a establecer una relación proporcional a las habilidades que el individuo posee en su lengua materna, es por eso que los autores recalcan la importancia del correcto desarrollo de la lengua materna.



       Nuestra Hipótesis

"Las habilidades gramaticales y sintácticas pueden desarrollarse a cualquier edad  si el sujeto se encuentra en un ámbito académico adecuado. Mientras que las habilidades fonéticas presentan una dependencia cultural y social".



Esta hipótesis fue creada, ya que presentamos una contraposición con respecto a la teoría de E. Lenneberg acerca el periodo critico, nuestra posición muestra claramente que si es posible la adquisición de una segunda lengua después de sobrepasar la edad de la pubertad. dicho logro ó adquisición se da con mayor facilidad al tener las herramientas necesarias en el lenguaje que permite la aplicación de la hipótesis del umbral. Por otra parte, sabemos que la fluidez, pronunciación y acento de un individuo adulto jamas sera igual a la de un niño que se ha criado en un ambiente bilingüe desde se niñez. por ende, creemos firmemente que la fonética depende del contacto cultural y social de individuo.





  

5 comentarios:

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  3. Estamos de acuerdo con la postura de este blog, puesto que si es posible aprender una L2 después de haber superado el periodo crítico, si se da en un entorno académico adecuado. Por otra parte, es importante mencionar que aspectos como la fonética, pronunciación y fluidez se aprenden mucho mejor estando inmersos en la cultura de la lengua meta. Sin embargo, los aspectos gramaticales y sintácticos son posibles aprenderlos de manera adecuada sin estar inmersos en la cultura de la lengua objetivo.

    Carlos Cardona - Johanna Tobon

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  4. Me parece muy interesante lo planteado, ya que como los autores de este articulo sostienen, existen periodos de tiempo en los cuales se facilita el aprendizaje de una o más lenguas extranjeras. También es importante conocer la hipótesis del umbral, ya que esto nos ayuda a fomentar el desarrollo de los niveles umbrales de competencia.

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  5. Pues me gusto mucho como has incluido la parte cientifica en cuanto como al cerebro va perdiendo funcion en cuanto al aprendizeje de una segunda lengua, en eso estoy deacuerdo, sin embargo tambien pienso que cuando una persona despues de la pubertad puede aprenderla, aunque sea de manera mas dificil pero puede hacerlo pues en si existen diferentes formas para aprender la segunda lengua.

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